PERIODISMO

CIUDAD VALLES Y LA HUASTECA
Julián Díaz Hernández

El vallense Amancio Contreras habría fallecido en busca del éxito.

Su figura robusta y su elevada estatura se habían acomodado perfectas para su sobrenombre artístico: “El grande”, le llamaban. Pero Amancio Contreras Flores en realidad siempre quiso ser un gigante en el mundo de la música, y para ello comenzó su camino en el ambiente artístico, grabando temas inéditos de Guadalupe Villanueva Galván, bajo la producción de Edy Gaviña, para su primer disco “Te soy honesto”, que fue presentado a principios de 2019.

   Con canciones del género regional mexicano que hablan de amor y desamor, llenas de ritmo y hasta de situaciones graciosas, trató de llegar al gusto del público, destacando en las plataformas digitales y en las redes sociales con sus primeras interpretaciones: “Me retiraré”, “Te soy honesto” y “A punto de copa”, ésta última de la que se grabó un video con locaciones en la Huasteca Potosina, así como el de “En cada latido”. 

SUS INICIOS ARTÍSTICOS

Nacido en Ciudad Valles el 21 de marzo de 1993, Amancio empezó a cantar desde que cursaba la Secundaria; en la Técnica 16 un maestro lo escuchó y animó a participar en un concurso interno de la canción. No obtuvo ningún lugar pero además de ganar popularidad le sirvió para desarrollar su sensibilidad, pues se inclinó también por la poesía, llegando a escribir casi cien poemas.

   Posteriormente, estando ya en el Colegio de Bachilleres número 24, entró a la rondalla con el profesor Amos Ben Shalom Vallejo, “él quería que tocara guitarra, pero no le sabía a ningún instrumento, entonces me puso de solista”. Ahí, por su voz grave que lo distinguió, se ganó del maestro la denominación de “tenor”, y del resto de la comunidad estudiantil, su admiración y aplausos. 

   Al concluir el Bachillerato ingresó al Instituto Tecnológico de Valles, dándose a conocer en más competencias musicales. Cuando decidió incursionar en el mundo laboral, la música le siguió abriendo camino pues se convirtió en su pasatiempo, mientras se desempeñaba como guardia de seguridad en la Comisión Federal de Electricidad (CFE); “me la pasaba cantando en el trabajo, les alegraba el día, me pedían canciones, y me invitaban a las fiestas a cantar”.

   Después estudió Derecho –dos años- en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), sin dejar de cantar, pero enfrentándose a los altibajos: Por un lado logró una destacada participación en el Concurso Regional de la Canción organizado por la Feria Nacional de la Huasteca Potosina, pero en lo personal fue víctima del desánimo; con problemas familiares y una depresión encima decidió retirarse a ir a vivir a Tamazunchale, a lado de su padre.

POPULARIZANDO SU MÚSICA

En el sur de la Huasteca le regresó el gusto de llevar canciones a la gente, agradarles sus momentos, y con esa sencillez y humildad característica, en lugar de dejarse abatir porque no encontraba trabajo, optó por subirse a los camiones junto con un amigo que tocaba la guitarra; después se equipó con una bocina, ganándose la vida de esta manera durante ocho meses, hasta que conoció a un contratista que lo llevó a trabajar a Estados Unidos.

   Establecido en Georgia siguió cantando y se dio a conocer, “después canté en un restaurante que se llamaba Los Ponchos, en Mc Allen, donde grabaron un video que subieron a las redes y me hizo muy popular”. Con sus canciones regionales, Amancio les alegraba la faena a sus compañeros en el campo –donde él se desempeñaba como tractorista- acrecentando el aprecio de amigos y coterráneos.

HACIENDO EQUIPO

Ya de regreso a su ciudad natal, pasó a Monterrey; estuvo dos meses, cantando para los norteños corridos de caballos y canciones con enfoque de superación o impregnadas de romanticismo, siempre evadiendo las letras llenas de violencia. Su popularidad en ascenso cruzó el camino de Amancio con el de Guadalupe Villanueva, quien le propuso enviarle una composición de su propia inspiración para que se la grabara.

   Cuando se la mandó de regreso quedaron tan complacidos que acordaron encontrarse en Ciudad Valles para ponerse trabajar en su primera producción musical, ya con el apoyo de Edy Gaviña. Fue así como los sueños se convirtieron en realidad, y los tres, ya como equipo, ganaron notoriedad gracias a las primeras cinco mil reproducciones que en menos de una semana, alcanzaron los temas “Te soy honesto”, “Me retiraré” y “A punto de copas”.

 

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