HISTORIA

CIUDAD VALLES Y LA HUASTECA
Julián Díaz Hernández

Pintor, catedrático y ecologista. Nació el 28 de septiembre de 1939 en Tamazunchale, San Luis Potosí, hijo de Francisco Domínguez y Cresencia García. Francisco y Elisa fueron sus hermanos, pero siendo el mayor estuvo siempre cerca de su padre, un rotulista de quien aprendió el oficio.

   Combinó su educación primaria y secundaria con las actividades en el taller familiar, desde donde tuvo oportunidad de encargarse de rótulos y escenografías, y definió su vocación por pintar. Así llegó a la ciudad de México, a estudiar en la Academia de San Carlos. 

   Después de dos años en la capital volvió a la huasteca, siempre activo pintando en espacios grandes, lo que empezó a formarle la habilidad para la elaboración de murales. Al mismo tiempo, su convivencia con los indígenas comenzó a originar en él su tendencia a lo autóctono y la preservación de nuestra cultura.

   Viajó a Ciudad Valles para terminar la Preparatoria, y por su aplicación en los estudios y el afán de obtener algunos ingresos, se dedicó a enseñar la materia de Actividades Tecnológicas. De esta manera a muy temprana edad se incorporó a la docencia.

   Sin importarle la carencia de un título universitario, Fernando Domínguez encontró una nueva vocación: La enseñanza. Instruyó dibujo, pintura, filosofía y psicología, tanto en la Escuela Normal “Matías de Córdoba” de Valles como en Secundarias de Tamazunchale.

   Sus primeros cuadros datan de 1950, con paisajes a orillas del río. En 1964 casó con Trinidad Córdova con quien procreó tres hijos: Dolores, Fernando y Flavia, y a finales de los sesentas arribó a Valles, donde la necesidad lo inclinó a la pintura comercial, que fue combinando con la artística.

   Primero realizaba cuadros solo por encargo, hasta que su estilo propio fue ganando reconocimiento. Así, al transcurrir los años muchas galerías de la región y del estado se le abrieron para sus exposiciones, y posteriormente en otras partes del país y en el extranjero.

   No solo resultó un enamorado del arte pictórico, también lo fue de la naturaleza misma. Cuando soltaba los pinceles tocaba el piano, escribía cuentos, hacía poesía, tomaba fotografías; incluso editó libros. Desde 1983 inició una cruzada para sanear al río Valles, al frente del grupo “Proyecto Verde”.

   En esa lucha, uno de sus logros más recordados fue el haber conseguido la declaración en junio de 1994 de la Sierra de Tanchipa como reserva de la biosfera. Su entusiasmo constante en diversos ámbitos provocaría que su muerte –la mañana del 6 de octubre de 2006- dejara un hueco difícil de llenar. 

   Al día siguiente de su fallecimiento, el Gobierno del Estado decretó que el teatro del Centro Cultural llevara su nombre; precisamente esa institución había sido dirigida por el maestro, de mayo de 1997 a abril de 1998.

   Por su diversa y amplia trayectoria, varios sectores de la sociedad huasteca se unieron para madurar una propuesta en la edición 2007 como candidato a la presea “Plan de San Luis”, la cual le fue entregada post-mortem en abril de ese año. Se convirtió así en el primer huasteco en recibirla. 

   Posteriormente, el Ayuntamiento 2007-2009 de Ciudad Valles colocó (en ceremonia durante su primer aniversario luctuoso) el nombre del maestro Fernando Domínguez García a la antigua calle “Aire” ubicada en la colonia “Cuauhtémoc”.

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