PERIODISMO

CIUDAD VALLES Y LA HUASTECA
Julián Díaz Hernández

 ¿Imaginas que después de beberte un refresco en botella de plástico acompañando unas botanas embolsadas, ese desecho se pueda convertir en parte de la banca del parque de tu ciudad o quizá hasta en la pared de alguna casa? Pues este aprovechamiento de los desperdicios inorgánicos para convertirlos en edificaciones, resulta cada vez más posible en Ciudad Valles gracias a la iniciativa de futuros docentes de la localidad.

   La Escuela Normal de Estudios Superiores del Magisterio Potosino (Enesmapo) 02 puso en marcha a través de sus alumnos de 4 “A”, de la carrera de Licenciatura en Educación Primaria, el proyecto denominado “Dejando huella: Acciones pequeñas, grandes cambios”, que consiste en utilizar los envases para rellenarlos con bolsas, envoltorios diversos, celofanes, “unicel”, e incluso cubre-bocas, hasta crear los –llamados- “eco-ladrillos”.

   Con la asesoría de Karen Vanessa Camargo Gutiérrez, Pablo Bautista Palomo, y Silvia Edith Márquez Montoya, los estudiantes idearon en principio una estrategia de captación de los recipientes, a través de la organización de un concurso interno, en el que involucraron a alumnos y profesores; después consiguieron patrocinadores, ante quienes gestionaron diversos obsequios a manera de premiación.

   La convocatoria fue lanzada el 27 de mayo pasado, logrando la participación de 22 equipos de uno a cinco integrantes; diez días después quedó cerrado el registro, a partir de entonces cada conjunto debía crear tanto “eco-ladrillo” como fuera posible, hasta entregarlos el 28 de junio. Cada botella y su contenido debían lavarse y secarse adecuadamente, para enseguida –ayudados por una varilla- compactarlos a profundidad, hasta que no quedara espacio vacío; luego se cerraban.

   El 2 de julio por la mañana, un jurado integrado por Fernando Domínguez, Óscar y Yareli Castillo, efectuó el conteo de las unidades, siempre cuidando que cumplieran con las características específicas de firmeza, cero humedad, y buen sellado. Ya con el resultado en sus manos, en una ceremonia efectuada posteriormente en sus instalaciones, se procedió a la entrega de galardones:

   El docente Galdino Santos Zaragoza fue reconocido por el mejor ladrillo; Sagrario Morales Alvarado, por su gestión; y Eric Manuel Zurita Fonseca, por el trabajo en equipo. Los equipo ganadores fueron: “Dúo verde”, primer lugar; “Eco-amigas”, segundo; “Eco-héroes”, tercero; “Green-force”, el cuarto; “Granito de arena”, el quinto; y hubo una mención honorífica para “Eco-love”.

   La directora de la institución, Elia Edith Gómez Flores, destacó que con actividades de este tipo se pretende adicionalmente incidir en la conciencia y mentalidad, de aquellos que habrán de convertirse –en su papel de maestros- como formadores de nuevos ciudadanos en un futuro cercano; al tiempo de mostrar su optimismo, porque iniciativas de ésta índole puedan ser imitadas en otras escuelas.

   Se dio a conocer que por cada botella de dos litros utilizada para un “eco-ladrillo”, se reducen aproximadamente 600 gramos de desechos plásticos. El siguiente paso fue usarlos y elaborar más, para enseguida construir peculiares bancas en el parque “Tantocob”, demostrando a la gente la manera de reutilizar los desperdicios, al tiempo de bajar la contaminación provocada por los mismos.

   La Enemaspo y sus alumnos se convirtieron así en los primeros en edificar sitios para el descanso de una manera ecológica en Ciudad Valles; a la vez que el diseño también está planeado de una manera novedosa y estética, debido que las figuras de rosetas que ostentan los fondos de las botellas, sirven como una especie de adorno. Los asientos están fortalecidos con cemento y fueron inaugurados éste 15 de septiembre.    

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