Es el tercer municipio más poblado e importante de la zona, centro de reunión de amantes de la naturaleza, el arte, la cultura y el surrealismo; de los más antiguos de la región y ello lo demuestra uno de sus principales símbolos: El Convento de San Agustín, cuya construcción comenzó en 1550 y terminó en 1557. Otro emblema es “La Silleta”, un cerro que se aprecia desde las lejanías, y es ideal para la práctica del rappel.
Atractivo inigualable resulta el Jardín Escultórico Edward James-Las Pozas, que aglomera una serie de raras construcciones surgidas de la imaginación del excéntrico europeo, las cuales a la fecha han merecido la protección de organizaciones creadas especialmente para su manejo. Complemento natural de esas fantásticas creaciones son “Las Pozas”, pequeñas cascadas que se precipitan desde un peñasco entre el follaje.
En la zona urbana, la concepción de las singulares edificaciones puede discernirse en el museo “Edward James”, dedicado a la vida y obra del descendiente de la realeza, y donde puede apreciarse su vínculo con pintores de la época como Salvador Dalí. Así, el surrealismo pernea por Xilitla y atrae, prueba de ello es la realización constante de actividades vinculadas a esta variedad del arte.
Pero las tradiciones también cuentan con arraigo a destacar; la mejor muestra son las fiestas patronales cada 27 y 28 de agosto, en honor de San Agustín. Aquí el huapango suena fuerte, influido por la inspiración de Pedro Rosa Acuña, nativo del municipio y creador del famoso “Querreque”, y a quien en 2008 siendo Xilitla sede del Festival de Cultura de la Huasteca, se le rindió un homenaje con la instalación de un busto.
El lugar huele a café pero también a esfuerzo de su gente; un ejemplo es la construcción de la carretera nacional (120) que une a la cabecera municipal con la ruta federal 85, realizada de 1934 a 1939 con la aportación ciudadana, hecho que motivó la admiración del propio presidente de la república, Lázaro Cárdenas del Río, en una visita de supervisión a las obras.
En el centro, llama la atención su plaza, con estilo de los siglos XVI y XVII. En 1860 a un lado del viejo convento se ubicó la Presidencia Municipal, que en 1944 se trasladó a un edificio que data de 1800, y en el nuevo siglo fue reubicado, ahora frente al jardín. En una de sus calles principales están “los peluqueros”, una tradición que data de 1940, cuando llegaron los primeros cortadores de pelo desde Querétaro a desempeñarse al aire libre.