PERIODISMO

CIUDAD VALLES Y LA HUASTECA
Julián Díaz Hernández

Profesor, árbitro de futbol, político y funcionario municipal. Nació el 1 de agosto de 1961 en el rancho “Turu” municipio de Ciudad Valles, donde comenzó sus estudios; fue el cuarto de seis hermanos, hijo de los señores Praxedis Zárate y Luisa Martínez. Apoyado por la familia Zárate Olguín terminó su instrucción Primaria, en la escuela “Miguel Hidalgo” de El Pujal.

   Posteriormente ingresó a la Secundaria Nocturna “Julia Portes” en Ciudad Valles, para después cursar en la Normal “Matías de Córdoba”, de donde salió a comenzar su labor docente en las telesecundarias de “Tlaletla” y “Tlamaya”, localidades pertenecientes a Xilitla, de 1982 a 1985. Casó con la profesora Minerva Cruz García, con quien procreó a Mylene Leomi, Paul, Leonardo y José Iván Zárate Cruz.

   Del 20 de febrero de 1986 a 1988 laboró en la primaria “Miguel Hidalgo” de “Nuevo Tampaón” (Tamuín); fue director de la primaria “Genovevo Rivas” del ejido “San Rafael” (1989-1990); director técnico de la escuela “Emiliano Zapata” de “El cuiche” (Valles), de 1990 a 1992; maestro en la primaria “Tierra y libertad” de Valles (1992-1999); y director técnico de la primaria “Ignacio Zaragoza” del ejido “Pujal-Coy” (Ébano), de 1999 a 2000.

   En 2001 se desempeñó como director técnico de la primaria “Francisco González Bocanegra” de Ébano; en 2002 fue profesor de la primaria “Damián Carmona”, de la colonia “Las águilas” de Ciudad Valles; de 2003 a 2008 fue director técnico de la primaria “24 de febrero”, de Rascón (Valles); y de 2008 a 2015, director de la primaria “Francisco Villa” de Valles.

   Durante la administración local 2015-2018 fue Director de Educación Municipal, y al concluir esa labor, el 1 de octubre de 2018 se integró como director técnico a la primaria “Francisco Zarco” de la colonia “La pimienta” de Ciudad Valles, el último plantel donde desempeñó sus labores, y que le despidió con un emotivo homenaje de cuerpo presente, dos días después de su fallecimiento el 2 de febrero de 2019.    

   Pero además de su extensa trayectoria en el magisterio y a sus cortas apariciones en la política, se ganó el aprecio, la fama y el respeto en el deporte, no solamente local y regional, sino también estatal y nacional, en calidad de árbitro nacional, al que llegó por su gusto al futbol, que practicaba desde pequeño y que aún siguió jugando en sus últimas décadas de vida junto a sus compañeros maestros.

   Todo comenzó en la década de los ochentas, cuando fue invitado por Santiago Delgado a sancionar su primer encuentro por el rumbo de la colonia “Márquez”. Cuando tuvo oportunidad de promocionarse en el profesional -invitado por Raúl Leal y junto a Dante Javier Moreno- logró calificar para tal efecto, alcanzar designaciones en el sector espectáculo y relacionarse con celebridades de ese ambiente.

   Conoció a los hermanos (Arturo y Eduardo) Brizio; a Armando Archundia (el árbitro mexicano con el récord de más partidos sancionados en un Mundial de Futbol); y tuvo la oportunidad de que –en una convención nacional- el coronel Mario Rubio le obsequiara el silbato que usó para dirigir en el Mundial España 82 (competencia en la que expulsó a Maradona). 

    A Leonardo se le recordará como uno de sus máximos logros en el balompié mexicano, el haber actuado en calidad de juez de línea en un “clásico” del futbol nacional (América contra Guadalajara), desde donde señaló un tiro libre al portero americanista y posterior campeón del mundo, Héctor Miguel Zelada, cuando éste en un despeje sacó su mano fuera del área penal y fue detectado por el vallense. 

 

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