Ubicada a cinco kilómetros de la cabecera municipal, Tanute tiene una trascendencia actual por ser ahí donde se concentra el agua que abastece a cientos de aquismonenses; el paso del arroyo, sombreado por frondosos árboles, forma pasajes hermosos y disfrutables, pero desde mucho más atrás en los siglos, el lugar concentra una riqueza cultural e histórica que ha sido objeto de profundos estudios, y todavía reserva secretos por descubrir.
En 2017, investigadores de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), encabezados por el alemán Peter Kroefges -y con el apoyo de la Dirección Municipal de Turismo y Cultura- realizaron durante varias semanas exhaustivos estudios en el sitio, particularmente en los restos de una capilla antigua, confundida entre la maleza dentro de un predio particular, apenas a unos metros de la carretera estatal, y que bien pudiera ser la cabecera de la antigua Oxitipa.
LA ANTIGUA OXITIPA
Además de las excavaciones realizadas, se profundizó en diversas fuentes y se realizaron consultas históricas. Basado en ello, determinaron que el señorío posclásico y colonial de Oxitipa se remonta a los siglos XIII o XIV, cuando el reino otomí de Xaltocan supuestamente incluía una tal “Ojitipa” como dependencia. Inclusive, para los tiempos anteriores a la fundación de Tenochtitlan, el glifo de Oxitipa aparece en la peregrinación de los colhuamexica.
Después -al final de la época prehispánica- el mismo dibujo aparece como provincia tributaria del imperio azteca, al que se entregaban mantas de algodón, chile y águilas vivas. Esta región se encontraba geográficamente separada de todas las demás concentraciones aztecas, y aunque era un territorio de incesantes guerras, servía también como centro focal de comercio y mercado; era aquí donde residía el recolector de los aztecas, instalado por Moctezuma II Xocoyotzin.
Tras la conquista de la Huasteca (en 1522) Hernán Cortés la tomó como encomienda personal al ser una de las dos comunidades más pobladas e importantes; la otra era Tamuín. En las décadas que siguieron, la Huasteca perdió mucha gente debido a enfermedades, esclavitud y enfrentamientos bélicos; y hacía la mitad del siglo XVI (en 1548) es descrita como pueblo de 180 indios, quienes pagaban tributo anual al rey con textiles, chile, miel, y pieles de venado.
Cultivaban maíz y algodón para su señor local; la extensión era de tres leguas, o sea, entre 12 y 15 kilómetros, tenía 26 estancias reportadas (entre 1557 y 1558); y solamente 13 estancias, de otros nombres, ya en 1568. Se cree que abarcaba la jurisdicción colonial de Santiago de los Valles y que sufrió diversos cambios a partir de la llegada de los españoles con sus ganados, como los pleitos entre los terrenos agrícolas indígenas.
Acerca de la decadencia y posterior desaparición de Oxitipa, los estudios se remiten a la Navidad de 1573: Bajo la encomienda de Francisco Barrón (El joven), el pueblo fue atacado por el cacique huasteco Pedro Lohomabe y sus aliados los guerreros chichimecas, a raíz de un conflicto entre facciones nativas; el lugar, junto con su templo, fue incendiado y algunos sobrevivientes se refugiaron en Huehuetlán o Temapache.
AHORA ES TANUTE
Famosos investigadores como el francés Guy Stresser-Péan, entre otros, sugieren que la referida iglesia destruida por Pedro Lohamabe corresponde a las ruinas del siglo XVI ubicadas ahí en Tanute: Habría sido una antigua capilla del siglo XVI, de la cual en la actualidad de ella solamente existen partes de las gruesas paredes, no superiores a los dos metros de altura, perdidas en medio de una vegetación menor, dentro de una superficie de 830 metros cuadrados.
En cuanto a las rebeliones, éstas fueron suprimidas después de 1578, pero desde entonces Oxitipa desapareció del registro histórico. En su lugar -varias décadas después, se desarrolló el actual Tanute, cuya mención más temprana es una glosa toponímica en un mapa del año 1740; su significado (“lugar de chapopote”) ha permanecido, pero su expresión cambió del idioma nahuatl (Oxitipa) al tenek (Tanute).
SECRETOS BAJO TIERRA
Como resultado de las excavaciones de 2017, se detectaron elevaciones en dos concentraciones tanto en las localidades de Tanute como en Tambaque, en parte gravemente afectados por el desarrollo urbano. Esta área se puede diferenciar en un núcleo monumental o cívico ceremonial con ocho elementos arquitectónicos: Los montículos y las modificaciones de las estructuras, más el área del albergue.
Otras posibles edificaciones han sido destruidas por la construcción de la carretera, o no son detectables por la superposición de edificaciones modernas, como la Telesecundaria o residencias particulares. En el sector periférico se encontraron pocas huellas de estructuras, y de artefactos cerámicos y líticos, debido quizás a que los antiguos pobladores utilizaron materiales menos duraderos, o se encuentran bajo la superficie.
Según la escasa cerámica cronológicamente diagnosticada, se trata de una ocupación predominantemente postclásica (1200-1522 de nuestra era) la cual puede haber continuado durante el siglo XVI colonial. No hay indicios concluyentes que puedan indicar una ocupación anterior, como el fragmento de tipo zaquil negro que pertenece al periodo clásico tardío o postclásico temprano.
Se sospecha que los vestigios de ocupaciones anteriores a la del postclásico –si los hubiera- deberían encontrarse enterrados. La época colonial temprana es también difícil de distinguir: Hay pocos tiestos o despojos arquitectónicos del siglo XVI con rasgos europeos; la alfarería local y las viviendas pueden haberse mantenido inalteradas estilísticamente, así que muchas vasijas coloniales de manufactura local pueden asemejarse a la vajilla prehispánica.
Notables excepciones a este panorama son las ruinas de la antigua iglesia y el hallazgo de una vasija con vidriado verde en una capa de derrumbe en uno de los montículos. Las observaciones estratigráficas permitieron reconocer una alta actividad de ampliación de un edificio religioso encima de una plataforma monumental; después de al menos cuatro fases de ocupación y ampliación durante el postclásico tardío, fue abandonado en la época colonial.
Junto a sus vecinos Tambaque y Tanchanaco, Tanute muestra piezas que corresponden a extensos establecimientos prehispánicos. Según los materiales cerámicos, fue durante el periodo postclásico (900 a 1521 de nuestra era) cuando hubo la mayor población; eran asentamientos con centros cívico-ceremoniales con arquitectura monumental, templos y posiblemente residencias de élite encima de plataformas construidas de lajas y estucados, parecidas a las estructuras de Tamtoc.
La población común vivía de forma más dispersa alrededor de estos centros. Tanute, a juzgar por los residuos de su antiquísima iglesia, posiblemente era un centro político-administrativo de importancia regional, que entró como Oxitipa en la historia de la Huasteca; la mayoría de los sobrantes están expuestos a continuos procesos de erosión, destrucción y saqueo, pues muchos de los vecinos han encontrado piezas interesantes en este rincón huasteco.
CON SANGRE, PARAN EXPLOTACIÓN
Como se ha citado antes, la denominación original de Tanute alude a un lugar de chapopote, así se entiende el hecho de que hace un siglo se haya pretendido explotarlo como yacimiento petrolero; incluso en algunos predios cercanos al arroyo, aún existen piezas metálicas como evidencia de aquel intento frenado con sangre de indígenas, que así evitaron que su terruño fuera mancillado por los consorcios extranjeros (como ya había sucedido en Ébano por esos tiempos).
Derivado de ese movimiento de rebelión, el juez auxiliar Juan Santiago Altzabac (junto con su secretario Camilo P. Salvador) fue perseguido, capturado y ahorcado el 26 de marzo de 1914, tras haber encabezado la defensa de su lugar de origen, enfrentándose a los tiranos invasores. En recuerdo del hecho fue colocada una lápida, mientras que la escuela primaria del lugar, en el turno vespertino, lleva su nombre.
(FECHA DE PUBLICACIÓN: 26 DE MARZO DE 2021).